La OMS acaba de publicar en mayo de 2022 un informe sobre el estado de la pandemia de obesidad en Europa, en el que se afirma que el 60% de los ciudadanos de la zona de Europa tienen sobrepeso o son obesos. La obesidad es una enfermedad compleja que ha alcanzado dimensiones pandémicas. La prevalencia mundial de la obesidad casi se ha triplicado desde 1975, debido principalmente a la adopción de un estilo de vida cada vez más sedentario y al consumo de dietas menos saludables.

La prevalencia de obesidad es mayor en mujeres que en hombres de cualquier edad y la prevalencia tanto de sobrepeso como de obesidad aumenta con la edad y ha alcanzado su punto más alto entre las edades de 50 a 65 años, mostrando una ligera tendencia a la baja posteriormente. La prevalencia de obesidad estandarizada por edad ha aumentado del 4,6% en 1980 al 14,0% en 2019.Los estudios epidemiológicos han revelado una asociación entre un índice de masa corporal (IMC) alto y una amplia gama de enfermedades crónicas como el hígado graso no alcohólico , enfermedades cardiovasculares , diabetes mellitus y varias neoplasias malignas, enfermedades musculoesqueléticas, enfermedad renal crónica y trastornos mentales que en consecuencia afectan negativamente la calidad de vida de los sujetos y aumentan los costes sanitarios . No sorprende que un IMC de 30 a 40 kg/m2 se asocia con casi un 50%, y un IMC superior a 40 kg/m2 se asocia con un 100% más de gastos sanitarios debido al tratamiento de las comorbilidades de la obesidad . De manera similar, un IMC > 30 kg/m2 se ha relacionado con un aumento de los costes sanitarios anuales de aproximadamente el 37%.

Naturalmente, mientras sean los demás quienes estén pagando por y financiando los gastos de los tratamientos de las personas fumadoras y obesas por hábitos negligentes de vida, no existe ningún estímulo para que la persona asuma la responsabilidad sobre su propia salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC >25 kg/m2 y la obesidad >30 kg/m2 y describe estas condiciones como una acumulación anormal o excesiva de grasa que se asocia con un mayor riesgo para la salud. El IMC, aunque no es la métrica más precisa del exceso de grasa, es fácil de evaluar y, por tanto, es el primer paso más comúnmente aceptado para determinar el grado de sobrepeso u obesidad. Se calcula utilizando el peso en kg dividido por el cuadrado de la altura en metros y se asocia bien con el porcentaje de grasa corporal y la masa grasa corporal en la mayoría de los grupos.

El estilo de vida sedentario y la disminución de la actividad física general en combinación con el consumo de comida basura, tanto la precocinada como la disponible en los restaurantes de servido rápido son los responsables de la pandemia de la obesidad

Los estudios que examinan las tendencias de la obesidad han demostrado que su prevalencia ha aumentado en todos los grupos de edad, independientemente del origen étnico o el nivel socioeconómico [17]. Desde 1999 hasta 2018, la prevalencia de la obesidad en los Estados Unidos aumentó del 30,5 % al 42,4 %. En particular, la prevalencia de obesidad fue del 40% entre los adultos de 20 a 39 años, del 45% entre los adultos de 40 a 59 años y del 43% entre el grupo de 60 años o má/s.

El sobrepeso y la obesidad han alcanzado dimensiones epidémicas en la Región Europea de la OMS, afectando a casi el 60% de los adultos. Los niños también se ven afectados: casi el 8% de los niños menores de 5 años y uno de cada tres niños en edad escolar padecen sobrepeso u obesidad. La prevalencia disminuye temporalmente en el grupo de edad de 10 a 19 años, donde uno de cada cuatro vive con sobrepeso u obesidad. Las repercusiones de la obesidad en la salud incluyen las que resultan de los efectos mecánicos del exceso de peso corporal, como algunas complicaciones musculoesqueléticas, los efectos metabólicos como la diabetes y el riesgo cardiovascular, y los efectos sobre la salud mental. También se considera que la obesidad es responsable de más de 13 tipos de neoplasias malignas.

En las Américas, la prevalencia de obesidad aumentó del 6,8% en 1980 al 24.2% en 2023. Los países con las tasas de prevalencia más altas fueron Estados Unidos (23,2%) y México (18,4%), mientras que Colombia tuvo la tasa de prevalencia más baja de obesidad (9,8%). Asimismo, en Europa las tasas aumentaron del 8,4% en 1980 al 25% en 2023. Francia tenía la tasa más baja de prevalencia de obesidad (11,3%).
En la región del Mediterráneo oriental, la prevalencia de la obesidad aumentó del 6,4 % al 17,4 % en 2019, mientras que en la región africana la prevalencia de la obesidad aumentó del 3,8 % al 10,9 %. Algunos países de estas dos regiones presentaron muchas fluctuaciones en las tasas de prevalencia de la obesidad. Por ejemplo, esta tasa en Sudáfrica aumentó del 11,8% en 1980 al 23,3% en 2019, y en Irán del 5,9% en 1980 al 20,1% en 2019.

Los gobiernos tienen la capacidad y la fuerza ejecutiva para atajar este problema, pero no es de su interés, ni siquiera del propio Ministerio de Sanidad, porque si lo tuviera la venta de tabaco estaría prohibida así como la venta y distribución de comida basura y la propia existencia de restaurantes de servido rápido. La razón es naturalmente el coste político y la rentabilidad electoral. Tampoco puede esperarse nada a nivel de sociedad. Las personas obesas por hábitos negligentes de vida han terminado con el stock del medicamento Oz,,-em,, pic pensado y destinado al tratamiento de la diabetes dejando a las personas que genuinamente lo necesitaban por una enfermedad sobrevenida sobre la cual no tuvieron ninguna responsabilidad, sin acceso al mismo. En Francia el gobierno ha tomado cartas en el asunto y ha prohibido la venta del medicamento si no está específicamente prescrito para la diabetes. En otros países como España, el medicamento básicamente ya no está disponible en su versión del 1%.