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La ansiedad, definición, síntomas, causas, y tratamiento
Cómo enfrentar la ansiedad y controlar sus síntomas: tratamiento y los tipos de ansiedad
¿Qué es la ansiedad?
Antes que nada y para no generar ansiedad en el lector huelga decir que todo ser humano experimenta estas situaciones varias veces en su vida. De hecho, La ansiedad es una reacción normal y saludable que se activa ante una amenaza o un peligro. Ahora bien, hablamos de trastorno cuando esta reacción se activa en situaciones habitualmente no amenazantes/peligrosas o de manera persistente, hasta el punto que interfiere de manera importante en la vida diaria. Si bien la ansiedad se confunde con el miedo, se diferencia de éste en que, mientras el miedo es una perturbación cuya presencia se manifiesta ante estímulos presentes, la ansiedad se relaciona con la anticipación de peligros futuros, indefinibles e imprevisibles . Tanto la ansiedad como el miedo tienen manifestaciones parecidas, en ambos casos se muestran pensamientos de peligro, sensaciones de aprensión, reacciones fisiológicas y respuestas motoras; por eso, tienden a confundirse un término u otro. Una de las características más sobresalientes de la ansiedad es que es anticipatoria, es decir, posee la capacidad de prever o señalar el peligro o amenaza para el propio individuo, dándole un valor funcional importante; además, tiene una función activadora y facilitadora de la capacidad de respuesta del individuo. Sin embargo, como hemos dicho, si la ansiedad supera los parámetros normales en cuanto de intensidad, frecuencia o duración, o bien se relaciona con estímulos no amenazantes para el organismo, provoca manifestaciones patológicas en el individuo, tanto a nivel emocional como funcional.
¿Por qué unas personas reaccionan de manera diferente frente a las mismas causas objetivas reales y a las irracionales?
El perfil psicológico-emocional del individuo se fragua fundamentalmente en la infancia y en la serie de eventos que jugaron un papel en el ensamblaje y arquitectura neuronal en el cerebro, específicamente en el sistema límbico (área ventral tegmental, núcleo accumbens, hipocampo, núcleos septales laterales, la amígdala, la corteza orbito-frontal y corteza frontal). Del otro lado, el lóbulo frontal (detrás de la frente) del cerebro se encarga de gran parte del trabajo del pensamiento complejo, como la planificación, la imaginación, la toma de decisiones y el razonamiento. Así que emociones y razonamiento conviven de mejor o peor manera en cada individuo, pero el margen de acción del mismo o incluso la automonía real es básicamente nula pues todo ha sido determinado tanto genéticamente como por la influencia del ambiente humano alrededor del individuo. Igualmente, según el Journal of Psychiatric Research las diferencias en el género también juegan un papel en la prevalencia de la ansiedad. Las mujeres experimentan tasas más altas de diagnóstico a lo largo de su vida de todos los trastornos de ansiedad. Las mujeres diagnosticadas con un trastorno de ansiedad tienen más probabilidades (1.8 veces, es decir, casi el doble) que los hombres de ser diagnosticadas con un trastorno de ansiedad adicional, bulimia nerviosa y/o trastorno depresivo mayor. Se encontró que las mujeres con trastornos de ansiedad, particularmente las mujeres blancas e hispanas, experimentan una mayor carga de enfermedad que los hombres, lo que indica una mayor tasa de discapacidad para las mujeres con estos trastornos.
Desde el punto de vista clínico-farmacológico la ansiedad se debe a la sobreactividad de los sistemas adrenérgicos o de los sistemas serotoninérgicos en el Sistema Nervioso Central o a una la leve atenuación del sistema GABAérgico, la ansiedad es consecuencia de alteraciones en el funcionamiento del receptor GABAa y que estas pueden ser el resultado de los cambios en la concentración del GABA o delnúmero de receptores, así como cambios en la sensibilidad del receptor, ya que los receptores GABAa tienen un sitio de reconocimiento a las benzodiazeìnas.
Hijos de sus tiempos
La neurobiología explica las diferencias entre las personas, pero no es el único factor. Generación tras generación la lucha por la superviviencia se torna cada vez más difícil. Millones de personas en el mundo conviven con una ansiedad crónica resultado tanto de las consecuencias de malas decisiones como de las sobrevenidas fuera del control del individuo. Lamentablemente, la gráfica de evolución de los parámetros que miden la bondad de los factores económicos y sociales del entorno no muestran ninguna señal de mejoría, sino todo lo contrario.
Tratamientos y terapias
Los tratamientos y terapias para la ansiedad pueden variar dependiendo de la gravedad y las necesidades individuales de cada persona. Uno de los enfoques más comunes es la terapia cognitivo-conductual (TCC), que se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y las conductas de evitación que contribuyen a la ansiedad. A través de esta terapia, los pacientes aprenden técnicas de relajación, habilidades de afrontamiento y estrategias para enfrentar situaciones que desencadenan ansiedad.
Además de la TCC, existen otros tipos de terapias que también pueden ser efectivas para el tratamiento de la ansiedad. La terapia de exposición, por ejemplo, se utiliza para ayudar a los pacientes a enfrentar gradualmente sus miedos y situaciones que les generan ansiedad, con el objetivo de desensibilizar su respuesta y disminuir la intensidad de los síntomas. Por otro lado, la terapia de aceptación y compromiso (ACT) se enfoca en ayudar a los individuos a aceptar sus pensamientos y emociones negativas, sin intentar suprimirlas, y a comprometerse con acciones que estén alineadas con sus valores y objetivos de vida.
En algunos casos, se puede considerar el uso de medicación para tratar la ansiedad. Los antidepresivos y los ansiolíticos son algunos de los medicamentos más comúnmente recetados en estos casos (España es el mayor consumidor de ansiolíticos del mundo, y Orfidal (Lorazepam) es el medicamento más vendido en España. Sin embargo, es importante destacar que la medicación no es la única opción y suele utilizarse en combinación con terapias psicoterapéuticas. Es fundamental que cualquier decisión sobre el tratamiento de la ansiedad se tome en consulta con un profesional de la salud mental, quien evaluará la situación específica y recomendará el enfoque más adecuado para cada caso.
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