¿Alguna vez habéis escuchado la expresión “tienes cara de fumador/a? Si es así es porque la conocida “cara de fumador” se distingue perfectamente entre las personas que no fuman, ya que tu rostro presentará más envejecimiento, sequedad y falta de luminosidad. 

Esta acción provoca que tu rostro presente más arrugas y que tu piel esté más seca y grisácea, por lo que se ve más apagada y más gruesa. Pero tranquilos/as, con estos consejos y cuidados esta “cara de fumador/a” podría dejar de serlo.

Cómo recuperar la piel

La piel es una parte de nuestro cuerpo que se regenera con más facilidad que otras. Si alguna vez habéis dejado de fumar o alguien de vuestro entorno lo ha hecho, se puede notar como poco a poco el cutis va teniendo mayor hidratación.

Las rutinas diarias con las mejores cremas para el rostro son el mayor aliado para nuestro rostro, por lo que sería conveniente una limpieza facial y darnos, ante todo, mucha protección y cremas faciales solares. Estas dos recomendaciones son básicas para que el envejecimiento prematuro y la aparición de manchas no se den antes de tiempo.

Algunos tratamientos recomendables

El peeling es una buena opción para eliminar las impurezas que presentan las pieles de fumadores/as, disminuyendo el grosor.

También es fundamental para su cuidado el uso de sérums y cremas con estrógenos, aceites retinoicos y vitamina C. Estos tratamientos son claves para la recuperación de tu piel, aportando un resultado perfecto.

Vitamina C

La nutricosmética puede ser un complemento gracias al colágeno o ácido hialurónico, vitaminas A y E, perdidas durante nuestro periodo fumador. 

Dar el paso nunca ha sido tan fácil

Lucir una piel perfecta depende exclusivamente de ti, independientemente de que seas hombre o mujer. Dar el paso siempre será beneficioso, ya que los efectos del tabaco se irán dispersando poco a poco. Deja ya las excusas y atrévete a dejar de fumar, serán todo ventajas.