¿Cuál es el mejor antibiótico para niños?

¿Qué antibióticos para niños existen? ¿Cuál es el mejor antibiótico que puedo dar a mi hijo? ¿Es seguro dar antibióticos a los niños? ¿Por qué recetan un antibiótico a un niño? En este artículo intentaremos responder a todas tus dudas sobre la prescripción de antibióticos para niños.

¿Qué es un antibiótico?

Un antibiótico es una sustancia química que elimina o impide el crecimiento de un tipo concreto de bacteria.

Los microorganismos que causan infecciones en las personas tanto adultos como niños pueden ser de cuatro tipos: virus, bacterias, hongos o parásitos.

Los antivíricos impiden que los virus se reproduzcan en nuestro organismo y así nuestro sistema inmune pueda acabar más fácilmente con ellos.

Los antifúngicos eliminan o impiden que los hongos se reproduzcan en nuestro cuerpo.

Los antiparasitarios rompen en ciclo vital del parásito para que no se reproduzca o lo eliminan directamente de nuestro organismo.

Y los antibióticos son los encargados de eliminar o impedir que ciertas bacterias perjudiciales nos produzcan daño alguno.

Además, los antibióticos pueden ser de origen natural si son extraídos de una planta o de un hongo. Pero también pueden ser de origen sintético si son elaborados en un laboratorio. Lógicamente, los antibióticos que utilizamos en la actualidad son de origen sintético.

¿Qué antibióticos se pueden usar en niños?

Es importante saber que los antibióticos como tales siempre deben ser prescritos por un profesional sanitario mediante una receta. En el caso de los antibióticos para niños será el pediatra la persona que firme la prescripción. Al ser el especialista en medicina infantil, el pediatra conoce perfectamente qué antibióticos puede prescribir a los niños y cuales están contraindicados para ellos.

En principio, los niños pueden tomar la gran mayoría de antibióticos siempre que se ajuste la dosis pediátrica según su peso corporal. También depende del tipo de infección que se quiera tratar. De hecho es habitual que prescriban a los niños antibióticos como la azitromicina o la amoxicilina con o sin ácido clavulánico en forma de jarabe o suspensión oral.

Sin embargo, por seguridad, comentamos a continuación los antibióticos que están contraindicados para niños y que, por tanto, nunca deben tomar.

Antibióticos contraindicados en niños

1. Fluorquinolonas

Se trata de un grupo de antibióticos con un amplio espectro de actividad. Esto quiere decir que se pueden utilizar en adultos para tratar infecciones causadas por bacterias muy diferentes.

Estos antibióticos no deben ser prescritos a niños menores de 18 años ni a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia. El principal motivo es porque estos antibióticos son tóxicos ya que tienden a acumularse en el cartílago de crecimiento de los niños. Esto hace que no se desarrolle correctamente provocando problemas de crecimiento en los pequeños.

Sin embargo, existen excepciones en las que algunos niños podrían tomarlo. Habría que estudiar la situación y ver si el benefició que se obtendría al tomarlo supera ampliamente los riesgos que derivan de tomarlo.

Es el caso de las exacerbaciones broncopulmonares ocasionadas por Pseudomonas aeruginosa en pacientes con fibrosis quística. Estaría justificado que un niño lo tomara para disminuir el número de días de hospitalización y, por lo tanto, de medicación por vía intravenosa.

2. Tetraciclinas

Se trata de un grupo de antibióticos utilizados para tratar infecciones poco comunes en la población infantil. Pero hay algunas infecciones como las transmitidas por algunas garrapatas, la enfermedad de Lyme, en las que un adulto debería tomar una tetraciclina.

Sin embargo, es importante saber que nunca deben utilizarse estos antibióticos en niños. Ni siquiera tras la picadura de una garrapata. Y es que están contraindicados en niños menores de 8 años y en mujeres embarazadas. En este caso estaría indicado que el niño tomara amoxicilina.

El motivo de la contraindicación de las tetraciclinas es que tienden a acumularse en las zonas de crecimiento de los huesos y dientes. El resultado es que se produce toxicidad, problemas de crecimiento y una acumulación de pigmento negro muy característica en los dientes de los niños que toman este antibiótico por error.

3. Fosfomicina

Este antibiótico es de amplio espectro (que puede utilizarse para tratar infecciones causadas por bacterias muy diferentes entre sí). Además es muy efectivo y poco tóxico a la hora de tratar infecciones de orina.

Sin embargo, es importante saber que tampoco está indicado para su uso en la población pediátrica menor de 6 años.

4. Estreptograminas

Este grupo de antibióticos es bastante heterogéneo. En nuestro país solo se comercializan dos antibióticos de esta familia: la quinupristina y la dalfopristina. Estos antibióticos se utilizan para tratar infecciones por bacterias de tipo gram positivo que han desarrollado resistencia a otros antibióticos.

Sin embargo, este grupo de antibióticos tampoco tiene una dosis pediátrica aprobada.

5. Oxazolidinonas

El antibiótico más famoso de este grupo es el Linezolid. Aunque ha mostrado mucha eficacia para tratar infecciones por bacterias gram positivas, no existe una dosis pediátrica autorizada por el momento.

6. Daptomicina

Este antibiótico se utiliza para tratar infecciones por bacterias gram positivas. Su perfil de eficacia en estos casos es muy alto ya que actúa creando pequeños poros en la membrana de la bacteria y esta acaba muriendo.

Sin embargo, los estudios en población pediátrica todavía no han dado resultados para que se autorice su uso en niños menores de 18 años.

Otras cuestiones sobre antibióticos para niños

A continuación vamos a responder a algunas preguntas que nos habéis hecho llegar.

¿Por qué no le recetan antibiótico a mi hijo si tiene un resfriado muy fuerte?

Esta pregunta es muy frecuente. La explicación la hemos comentado brevemente en uno de los primeros puntos.

Y es que la mayoría de los catarros están causados por los géneros de virus llamados Rhinovirus y Coronavirus. Por lo tanto, un antibiótico que solo ataca a bacterias no le haría nada a un virus.

De hecho, sería contraproducente tomar un antibiótico si no lo necesitamos porque facilitaríamos que las bacterias que colonizan nuestro organismo, desarrollaran resistencias a esos antibióticos. Así, la próxima vez que necesitásemos de verdad un antibiótico, podría no ser tan eficaz para tratar una infección.

¿Qué antibiótico para niños es bueno para la infección de garganta?

En este caso hay que tener en cuenta que la mayoría de las faringoamigdalitis (inflamación de las amígdalas y faringe) están causadas por un virus, no por bacterias.

Tan solo un 20% de los casos se debe a una bacteria llamada Streptococcus pyogenes. En esos casos en los que se realiza la prueba rápida del estreptococo y es positiva, debe prescribirse amoxicilina oral o un pinchazo de penicilina dependiendo del peso del niño.

¿Existen antibióticos naturales para niños?

La respuesta es clara. No existen antibióticos para niños que puedan darse a la población infantil sin que exista una prescripción del pediatra.

Sin embargo, hay periodos en la vida de los niños en los que puede estar indicado que tomen complejos vitamínicos y una serie de probióticos para estimular su sistema inmune. En periodos de mayor frío como el otoño o en los primeros meses tras iniciar un nuevo curso.

Y es que es en estas épocas cuando por frío, estrés, mala alimentación, pérdida de apetito o falta de descanso, puede producirse un bajón de defensas. Y es en esos momentos cuando afloran los procesos catarrales.

Por ello comentamos a continuación nuestras recomendaciones más FarmaTop.

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1. Arkobiotiks niños vitaminas y defensas

Se trata de un complemento alimenticio que si bien no es un antibiótico es una ayuda muy completa. Contiene vitaminas A, B6, B12, C y D para el correcto funcionamiento de su sistema inmune. Además contiene fermentos lácticos como Lactobacillus plantarum, Bacillus coagulans, L. paracasei, Bifidobacterium lactis y L. acidophilus. Todo ello estimulará el sistema inmune de los más pequeños para que aguanten bien la llegada del frío.

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Este complemento alimenticio tampoco es un antibiótico para niños. Sin embargo, ayuda a los más pequeños a recuperarse en épocas de fatiga o mayor cansancio y también puede estimular el apetito. Por otra parte, gracias a que contiene fermentos lácticos, estimula el correcto funcionamiento del sistema inmune.

Además cuenta con todas las garantías de los laboratorios Arkopharma.

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